martes, 18 de septiembre de 2012


La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), señala que la región aún mantiene profundos niveles de desigualdad. Sin embargo, los esfuerzos en inversión pública apuntan a disminuir 
las brechas de inequidad.









La reciente crisis financiera mundial representó una oportunidad histórica para que las principales economías del mundo planteen un nuevo direccionamiento sobre los modelos de desarrollo que venían adoptando. Sin embargo, y como lo reconoce la secretaria
ejecutiva de la CEPAL, Alicia Bárcena, se han profundizado los riesgos de un nuevo estancamiento en el contexto internacional, pues la euro zona está afrontando una situación similar a la
que América Latina vivió hace 30 años como consecuencia de su crisis con la deuda externa. Además, se ha evidenciado un retroceso de la producción y la demanda global, en tanto los flujos comerciales entre América Latina y Europa se han desacelerado y el ingreso de remesas disminuyó considerablemente. En este sentido, la CEPAL ha identificado seis brechas por cerrar en América Latina, que generen
un cambio estructural sobre los modelos económicos de desarrollo
que vienen implementando, para así, no sólo garantizar una
economía saludable con indicadores sociales positivos y sostenibles, sino también para convertirse en referencia mundial sobre modelos económicos alternativos a la lógica neoliberal, como ha sido el caso ecuatoriano. En tanto este pretende garantizar la construcción de un Estado Plurinacional e Intercultural para el Buen Vivir con especial énfasis en el desarrollo humano, la soberanía económica y la sostenibilidad
ambiental.

En este contexto, las seis medidas planteadas por la CEPAL son: disminuir la desigualdad social, pues la región aún se mantiene como la más inequitativa del mundo en términos de concentración
de la riqueza; incrementar la inversión pública en relación al PIB y promover una mayor participación de la inversión privada; aumentar la productividad económica reduciendo la brecha externa (con la frontera tecnológica) y la interna (entre sectores y agentes), además de promover empleos de alta rentabilidad; establecer un sistema tributario progresivo con una acentuada
base contributiva; mejorar la diversificación e inserción en la economía internacional, pues se identifica un riesgo de reprimarización de la estructura de exportaciones, con bajo valor
agregado y poca inversión en tecnología y conocimiento; garantizar que los patrones de consumo y producción sean sostenibles ambiental-mente. Acortando desigualdades sociales.
Como primer punto que se identifica para garantizar un cambio estructural que cierre las brechas productivas y sociales,
está la reducción de la desigualdad. La CEPAL señala que en la región, después de las crisis de la deuda externa de los años ochenta, la pobreza en América Latina era del 48,1%, lo que implicaba que alrededor de la mitad de latinoamericanos
eran pobres. Treinta años después, la pobreza alcanza el 30,1%, es decir, se ha logrado reducir ocho puntos de pobreza, que aunque resulta un importante esfuerzo, aún es insuficiente, ya que se estima que existen alrededor de 174 millones de personas pobres en la actualidad. Según Alicia Bárcena, la medida más eficiente para combatir la pobreza es la generación de empleo, pues señala que el ingreso por un trabajo con derechos es la mejor forma de vencer la pobreza y la desigualdad. También losgobiernos tienen que poner en marcha programas de transferencias no contributivas o condicionadas para sacar a la gente de la pobreza extrema”.

En el Ecuador se reconoce la adopción de dos medidas fundamentales para reducir la pobreza: la primera se refiere a
la generación de empleo (según la CEPAL, Ecuador tiene un desempleo de 4,1% frente al desempleo de la región que se
ubica en niveles de 6,6%), mientras que el segundo factor es haber mantenido un salario mínimo vital que va creciendo en relación a la canasta básica de consumo. Entonces, la generación de empleo como factor directo para disminuir la desigualdad por vía de los ingresos, ha representado para los gobiernos latinoamericanos
una prioridad en la política pública, pues como lo reconoce la CEPAL, la masa salarial en la región creció en 5% como resultado del aumento de los niveles de empleo y del salario medio.